Cuernavaca y Puebla

Unos días más con las amigas sectarias no vinieron mal... y el lugar no acompañó, realmente Zipolite es un paraíso.

Campamento sobre la playa, yoga al atardecer, picadita para la fiesta de "no-cumpleaños", guitarreada y, aunque hubo que caminar dos kilómetros para conseguirlo, nos comimos un ríquisimo pollo a la parrilla de despedida...

De vuelta por Mazunte nos encontramos con una fiesta popular, de repente el pequeño pueblo tranquilo se transformó en el escenario de los más grandes festejos de un pueblo que salió a la calle por su atole, su tamal o taquito al pastor, un poco de baile y juegos para los chicos. Luces y colores por todos lados, la música de la banda suena hasta el amanecer...

Y las muchachas se fueron, su viaje a México no podía terminarse en Aymi y Pancho y una visita a la vida de "Uniendo las tres Américas" y las ansias de más las lleva a la carretera... pero sin Estanciera, ellas cuentan con "un dedo" que hace raid y muuuuuchas ganas de conocer este hermoso país y su gente. Pues se van para el sur y nosotros para el norte! Ya nos volveremos a encotrar en unas semanas antes de su regreso a Argentina.

De la costa oaxaqueña a Morelia pasamos un par de días viajando, pero las sagradas Pemex que nos dan hospedaje en nuestras noches de carretera, desaparecieron. No sabemos dónde dormir y debemos pedir "chance" que nos dejen estacionar a La Celestina en el estacionamiento de un hotel perdido por ahí.

Amanecidos entre la lluvia seguimos viaje, y hacemos una pasadita rapida por la hermosa ciudad blanca de Taxco. Y nos despide con un desayuno inesperado: de pasada por unas "gorditas" (tortillas rellenas) intercambiamos mates por quesadillas con una linda familia trabajadora y seguimos...

 

legamos a Cuernavaca. Linda ciudad, pero nada... a veces las cosas no se dan y decidimos seguir: siguiente para es Tepoztlán, un pequeño pueblito en la montaña que nos recibe con el sol y bajando y un montooooón de gente "domingueando". La Estan avanza de a pacitos y estamos muy cansados. Estacionamos a esperar. ¿A esperar qué? Ni idea...

Valeria, Daniel, Galo y Azul era lo que esperábamos, una hermosa familia mitad argentina, mitad mexicana que nos encontró "esperando" y nos llevó de vuelta para Cuernavaca ("todo vuelve", dicen) donde ellos tienen un hogar que nos brindaron con todo el cariño. Completaron, además, el fantástico encuentro con una pasadita por el carrito de choripanes de Ricky, otro argentino!

Vale (de Buenos Aires) nos mimó como una tía, tostadas, tortilla (pero la de papas, la argentina!), mates y una pascualina no pudieron faltar; y Daniel (de México) nos brindó excelentes charlas, algunas entre ron o vino, que nos ayudaron a entender muchas cosas de su país, su pasado y su presente.

Las visitas tienen que ser más cortas, el tiempo pasa y no nos acercamos a Alaska... pero así y todo no nos podemos despegar de toda la gente linda que estamos conociendo. Las despedidas se suman y cada vez cuestan más, el calorcito de hogar, brindado por muuuuuchas familias mexicanas, alivianan la extrañitis y no nos dejan avanzar.

Pero la próxima parada nos suena a más calor humano: La Asociación Mexicana de Autos Antiguos Puebla...

Puebla está a la vista y una fila enoooorme de autos antiguos nos espera en la entrada de la ciudad. Un cartel de "Bienvenidos" refleja la mejor BIENVENIDA de este hermoso grupo de hombres poblanos que encuentran en el afán de los autos una excusa para hacer amistad y demostrar calidad humana.

Todos ellos reunidos esperándonos, esperando conocer a dos muchachitos aventureros, muchos dejaron sus ocupaciones y comenzaron a organizarse para servirnos en todo y que nada nos falte a nosotros y a "La Celestina", quien ya tiene un taller esperándola para una gran revisada. LLegamos bien de noche y nos tenían preparada una sorpresa: una noche en un hermoso hotel que nos brindó la máxima comodidad para prepararnos para la batalla de los siguientes. Arranca la maratón de paseos, entrevistas y más y más programas diversos que fueron preparando para nosotros. De acá para allá: sin parar recorrimos las calles de Puebla, hermosísima ciudad colonial, de la mano de Pedro; Pizzas, películas y más paseos con Normita y Arturo; idas y venidas al taller y a los medios con Agustín y Luicito; y por supuesto una gran noche de festejo de los 23 de "la pinina": del vino a a la cerveza y no podía faltar el tequila... ¡Qué fiestón!

Y no podía faltar la frutilla del postre: desfile de Autos Antiguos el domingo... Nos reunimos bien temprano y esperamos la llegada de todos, algunas notas de tele y diarios y después arrancamos manejando en filita por toda la ciudad, escoltados por la policía, filmados y fotografiados... nos sentimos en Hollywood.

La mejor parte es la llegada al zócalo (la plaza del centro), donde fuimos estacionando los autos e inmediatamente la gente se amontonó increíblemente...

Fue alucinante haber podido compartir un par de horitas rodeados de un montonazo de gente que hacía preguntas sin cesar y se sacó fotos con la camio. Nos tuvimos que ir porque las panzas del club hacían ruido pero nos hubiésemos quedado días hasta poder hablar con todos.

Pensábamos estar sólo tres días en la ciudad, pero como siempre se extendió el lapso y pasaron unos diez... Es que más cosas quedaban por recorrer: el Paseo de los Sapos y su venta de antigüedades, Cholula y sus 365 cúpulass y su pirámide azteca con una iglesia puesta de sopetón en la punta. Y además la visita a la casa de otra argentina: Marcela, que nos deleitó con ravioles casero y panqueques con dulce de leche. Más notas en la radio y más museos... Y finalmente nos fuimos a reencontrar con alguien que andaba disfrutando de unos mimos en el spa de Luis y su equipo: "La Celestina". Allí estaba entre un millón de autos siendo la concentida, con muuuuuuuuchas cosas nuevas, corregidas, arregladas y perfeccionadas, pero sobre todo con calorcito: ahora tiene CALEFACCION!!!!!!!!!!

GRACIAS a todos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ya está de lujo por adentro, ahora quiere estar de lujo por afuera, y el papá de Normita dedicó toda una tarde a limpiarle hasta el último rincón, MÁS GRACIAS!!!!!!!!

Un poquito teníamos que devolver, y aunque nos costó conseguir la carne, Juancho se pasó con asadito organizado en la casa de Elias (otro miembro que nos ayudó con el alojamiento, se pasó prestándonos un departamento para que estuviéramos cómodos durante estos días de locura). Esa misma noche reencuentro con parte de "la secta", Maju, Justo y Kari volvieron del Caribe para encontrarse con el frío clima de Puebla, pero con la hermosa calidad de su gente.

Las últimas noches las pasamos en el hotel de Pedro, una linda persona a quien conocimos poco pero con quien pudimos disfrutar de algunas charlitas. Una de ellas en el 12° piso de su fantástico hotel y su fantástica vista...genial!

Después de Puebla se viene el DF. Otra vez escuchamos el famoso: "No vayaaaaaaaaaan!". Claro, suena peligroso, suena la segunda ciudad más grande del mundo, y la primera más poblada, suena a caos... Pero a los que queremos ver diferente este mundo nos suena a uno de los lugares que alberga más historia y más cultura, más contrastes y más trivialidades... nos suena a uno de los lugares más interesante que hay para conocer en la Tierra: Ciudad de México, 22 millones de personas para conocer... "¡¿Cómo no vamos a ir?!", es nuestra respuesta.